Curiosidad, observación, conocimiento, aprecio y defensa

Todo el mundo que ama la naturaleza, la tierra, nuestra casa, la defiende. Una de las mejores maneras de colaborar en la protección del medio ambiente es volviendo a la agricultura tradicional anterior al uso de herbicidas, abonos o insecticidas de origen químico.

Desde el Neolítico, el hombre ha cultivado la tierra y ha domesticado animales para su provecho. Con esta transformación, ha modificado el paisaje y el funcionamiento natural de los bosques, las praderas y otros ecosistemas, favoreciendo la presencia de muchas especies de animales y de plantas. Este difícil equilibrio era perfectamente compatible con el mundo salvaje.

La llegada de la agricultura industrial en los años 50 supuso una ruptura de la armonía del hombre con la naturaleza. La explotación intensiva de la tierra causó una fuerte agresión al paisaje. Miles de hectáreas de bosques fueron arrasadas para convertirse en monocultivos; se modificaron los cursos naturales de los ríos, secando humedales y lagunas, contaminando las aguas y el aire.

Esta humanización del paisaje se ha convertido en un grave problema para la BIODIVERSIDAD. Por eso, es necesario volver a la agricultura tradicional, ahora llamada ECOLÓGICA; a un cultivo de la tierra que respete su entorno y se integre en los ciclos naturales. Sólo así podremos ayudar a recuperar la naturaleza y el difícil equilibrio roto.

También nuestra salud y nuestra vida se verán beneficiadas, porque nosotros también formamos parte de ella.

Ésta es la razón de existir de BIANQUETA y el propósito de nuestros productos, cultivados con y dentro de la naturaleza y sus ciclos.